Tras ese sueño

 

“Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo… despertar”

Antonio Machado

Dice por ahí un dicho popular que en esta vida hay que plantar un árbol, hay que tener un hijo y hay que escribir un libro. Yo digo que lo que hay que hacer es lo que a uno se le venga en gana. Al final de cuentas cada persona tiene sus propias aspiraciones, únicas y muchas veces diversas a las de los otros. Finalmente de lo que se trata ésta vida es de ser felices.

Hoy quiero compartir una experiencia maravillosa que me llena de orgullo y a la vez de satisfacción personal.

Como ya lo he dicho en innumerables ocasiones, siempre me ha gustado mucho escribir, sobre todo novela. Sin embargo, nunca contemple de una forma verdaderamente formal la posibilidad de publicar un libro, no fue hasta inicios de este año, cuando después de pensármelo por un rato, decidí enviar uno de mis trabajos a editorial Seleer, en España.

Tuve la fortuna de recibir una respuesta positiva por parte de la editorial. Recuerdo que me encontraba en mi trabajo terminando los pendientes propios del día cuando me llego ese correo electrónico. Lo leí dos veces, quizás tres, porque la primera vez me pensé que podía ser una broma.

Y es que no sé muy bien cómo explicarlo, pero la emoción que sentí al darme cuenta de que alguien con experiencia en el rubro (como lo era una casa editorial), estaba dándome su voto de confianza al decidir publicar mi obra,  fue indescriptible.

En febrero de este año cerré trato con Seleer para la publicación de la novela en España, ya que eso formaba parte del pliego de acuerdos que hice con la editorial. El libro solo se comercializará allá, en razón de que es en aquel país donde está primordialmente su mercado.

Este pasado 25 de agosto realice la presentación en la ciudad de Delicias, en Chihuahua, sitio en donde viví por aproximadamente cinco años, y de donde es originaria mi familia paterna.

Fue una experiencia muy bonita el hablar de mi trabajo frente a personas a las que estimo mucho, y fue más bonito aún verme rodeada del apoyo de mi familia y amigos.

Así que aprovecho este artículo también para decir ¡Gracias!

Muñeca Rota es una novela de corte juvenil con tintes dramáticos que comencé a escribir en septiembre del año pasado, pero cuya idea nació hace aproximadamente cuatro años. Cuenta la historia de una chica de 17 años, que tras haber atravesado por un suceso sumamente traumático, ahora debe seguir adelante como mejor pueda. El evento altero sus proyectos de vida y modifico de manera radical su personalidad y esferas de relación con los demás. Como consecuencia del mismo, habrá un hecho detonante que pondrá en tela de juicio la poca estabilidad emocional de la protagonista, la cual deberá enfrentarse a una situación crítica de la que no puede escapar.

Hoy que veo finalizado el libro y lo sostengo entre mis manos, me siento orgullosa del esfuerzo. Reconozco que aún me falta muchísimo que aprender sobre cómo funciona el mundo de los escritores, pero al final de cuentas esto es como la vida misma, se va adquiriendo el conocimiento sobre la marcha.

Me gustaría comentarles que culminar una novela es sumamente complicado, pues a menudo parece un trabajo simple, pero hay más labor de fondo que normalmente no se ve. Escribir no solo se trata de tomar un computador, papel y pluma  (o lo que sea que funja como herramienta del escritor) , y comenzar a relatar cosas y ya está. No, es mucho más complicado que eso.

Escribir conlleva un trabajo gigantesco de creación y moldeo, de invención y corrección de estilo, de investigación y estudio sobre técnicas de descripción y narración que a veces ni siquiera imaginamos que existen.

Tras una novela concluida existe una ardua labor en la que fue necesario construir a partir de la nada una serie de acontecimientos, personajes, lugares, situaciones, contextos, sentimientos, pensamientos y opiniones, que puedan finalmente consolidar una historia.

El escritor se enfrenta a tantos obstáculos que a veces es necesario parar, y la situación puede extenderse durante días, semanas e incluso meses. Los típicos bloqueos son un claro ejemplo de ello. Quedarse con la mente en blanco, siendo incapaz de avanzar en la historia y ver como el trabajo se encuentra detenido por esta circunstancia, produce una sensación de mucha frustración, es sumamente cansado y mentalmente extenuante.

Cuando yo comprendí esto, descubrí que la labor en la que quería involucrarme era un tema serio, y sin embargo estaba convencida de querer hacerlo, porque  cuando lo hago, cuando escribo, se siente como si el mundo mejorara de pronto. La posibilidad de crear en base a ideas, en base a mi imaginación y poder contar con historias todo lo que hay en mi cabeza, me parece una oportunidad increíble.

Me siento contenta y agradecida con la vida por esta oportunidad. Y con la gente que me ha mostrado su apoyo en este proceso, y eso es algo que no podía dejar de decir.

No sé cual vaya a ser el resultado de esto, pero independientemente de lo que suceda, me siento ya satisfecha. Esta experiencia me ha sembrado la convicción de que los sueños sí se cumplen y de que lo único que se necesita para alcanzarlos es paciencia y trabajo duro.

ALBA/AUBE